Gerard Fieret (La Haya, 1924-2009) fue un fotógrafo y poeta que se aproximó al arte primero a través del dibujo y, a mediados de los sesenta, se volcó a la fotografía. Sus imágenes en blanco y negro constituyen un vívido y personal retrato de una Holanda en plena transformación social y revolución sexual. Lejos de todo convencionalismo, Fieret practicó una fotografía espontánea, accidental y transgresora, cargada muchas veces de un erotismo casual. Su comportamiento paranoico -vivía atormentado por la idea de que alguien le robaba sus fotografías- y a veces agresivo, lo fue apartando poco a poco de una escena artística que lo miraba con una mezcla de admiración y recelo. Poco antes de morir comenzó a obtener reconocimiento internacional y su obra llegó a diversos museos. En 2009, sin embargo, murió en la pobreza, rodeado de suciedad, un caos de objetos -entre los que había dos bidones de negativos- y las palomas a las que alimentaba a diario, costumbre que le había valido en La Haya, donde era una figura urbana muy popular, el apodo de “hombrepájaro”. Su muerte fue el amargo colofón de una vida difícil marcada por el temprano abandono del padre, el paso por un campo de trabajo alemán durante la Segunda Guerra Mundial, y un desequilibrio psíquico cada vez más pronunciado. Si bien, en los últimos años su fotografía se ha difundido gracias a importantes exhibiciones en París, Turín y La Haya, su faceta como poeta no goza aún del mismo reconocimiento fuera de Holanda. La producción poética de Fieret, sin embargo, es extensa y, además de publicar facsímiles como Lied van de hardstenen engel y Stem van Phylologos (1974) en sellos independientes, publicó los libros Een nieuw lint (1973), Als een Kayak mijn woorden (1973), Filosofie van een vlinder (1976) y lasso van de minnaar (1980), obras de donde provienen los poemas de esta antología.

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